Con el testimonio de José María Cervelló (Cádiz, 1947- Madrid, 2008), que inundará este blog durante las siguientes entregas, queremos rendir homenaje a un hombre cargado de coraje que habla sin tapujos de su enfermedad. Todo un ejemplo de entereza y sabiduría que nos implica como lectores.
Cervelló se licenció en Derecho. Fue Abogado del Estado, socio de la firma Ernst & Young, jurista de reconocido prestigio y pionero en el desarrollo de la abogacía internacional en España. Siempre comprometido con la ética profesional, fue preparador de oposiciones para acceso al Cuerpo de Abogados del Estado y participó en el diseño de los programas jurídicos del Instituto de Empresa.. Además se doctoró en Historia del Arte y era un hombre interesado por la Filosofía, la Arquitectura, la Pintura, en definitiva, por el Arte en todas sus manifestaciones.
En 2004 se constituyó la Cátedra José María Cervelló, cuyo propósito es conceder becas a estudiantes sin recursos que tengan un brillante expediente académico y que deseen cursar un programa jurídico en IE Law School.
La Cátedra tiene como objetivos: fomentar el debate y la difusión del conocimiento jurídico, el desarrollo de proyectos de investigación y la promoción del diálogo sobre temas de actualidad jurídica entre profesionales del sector.
Bajo el título genérico de ?Libertad y enfermedad. Sorteos, privilegios y carencias?, Cervelló, quien continuó ejerciendo su actividad profesional hasta el final a pesar de su enfermedad, nos lega a título póstumo un blog que escribió con una ayuda técnica específica a través del iris de sus ojos. Consideramos que las reflexiones que en el se incluyen , y el testimonio vital que subyace, constituye una de sus mejores clases magistrales, que queremos compartir con todos vosotros.
III?y lo que sigue no es mejor
No sabemos que pasó en nuestros primeros años de los que no tenemos memoria.
Cuando tenemos entendimiento y memoria hemos de responder a los estímulos que nos vienen de fuera a través de los sentidos.
Hugo Chávez dice que no quiere igualdad de oportunidades sino de condiciones. Esto es demagógico y utópico, pero, desgraciadamente, es cierto.
Es un segundo sorteo injusto con nuevos privilegios y carencias.